La decisión de una persona de dedicarse a un determinado trabajo profesional está influida por diversas circunstancias. En el caso del Derecho, puede ser una cuestión de costumbre, de seguir la tradición o una historia familiar con antecedentes jurídicos, o de nociones sociales como adquirir unos ingresos económicos respetables y otras cosas como la colocación burocrática.
Ciertos motivos pueden ser más fuertes que otros, como el deseo de evitar profesiones que se concentran en ciencias exactas como las matemáticas, con la teoría de que la carrera no implicaría este tipo de materias, la ambición de convertirse en socios de grandes bufetes de abogados, o incluso el objetivo de convertirse en consultores. Ciertamente, esta profesión goza de una excelente posición social y exige grandes capacidades administrativas, de gestión y de memoria.
La oferta de licenciaturas en áreas que aumentan las oportunidades laborales es también una fantástica motivación. Los graduados de la licenciatura en derecho de UNILA pueden buscar oportunidades que incluyen la docencia, la investigación, trabajar en un bufete de abogados, ser abogado privado o convertirse en diplomático.
Nuevos temas y opciones creativas para los negocios jurídicos
Sin embargo, es importante tener en cuenta la competitiva que es la profesión jurídica y cuánta responsabilidad y profesionalidad se espera de las personas que desean ejercerla. Existe una necesidad imperiosa de mantenerse al día, de adquirir nuevas competencias y habilidades que probablemente no se aprendieron durante los cursos profesionales.
También es vital tener en cuenta que este sector necesita reinventarse de vez en cuando para seguir siendo relevante y satisfacer la demanda. Por ejemplo, la pandemia más reciente alteró las normas sociales y redujo el contacto entre los profesionales y sus socios y clientes.
Esto se tradujo en una serie de requisitos para que los abogados pudieran seguir ejerciendo su profesión al tiempo que superaban las dificultades de cambiar su estilo de trabajo en respuesta a la emergencia.
Esta pandemia demostró que se puede seguir aprovechando todas las oportunidades para mejorar los servicios, incluyendo el desarrollo de nuevas teorías o modelos; la asistencia a seminarios, conferencias o diplomados; y la afiliación a colegios de abogados sin importar las circunstancias. Además, los abogados también pueden utilizar plataformas digitales como Internet y las redes sociales para prestar sus servicios.